El tipo ese trae sus problemas existenciales a flor de piel y, como dijera el ahora diputado federal electo, un tal Ramos Alor, ningún chile le acomoda.
Al parecer siempre ha pensado que sus caprichos están por encima de cualquier persona y cualquier circunstancia.
Por favor.
De nueva cuenta solo será uno más en la próxima cámara de senadores, el partido en el poder no le concedió la Coordinación en el senado o bien un cargo de importancia dentro próximo gabinete presidencial, por eso sus arrebatos y amenazas, solo que esta vez no midió consecuencias y se tuvo que tragar su coraje.
Tanto el López de palacio nacional cómo la Presidente electa, Claudia Sheinbaum, «por las buenas» lo pusieron en su lugar y entró al redil, se disciplino.
Por todos es conocido el comportamiento poco serio del petista, lo suyo es el oportunismo, lo gandul, lo soberbio y lo que le sigue.
Sobra mencionar que siempre ha sido un fiel escudero de algún político encumbrado de izquierda, y esta vez lo trataron cómo perro de rancho, como hay fiesta lo amarraron, pero que tal cuándo hay pleito, enseguida lo sueltan. Le dieron una sopa de su propio chocolate.
José Gerardo Rodolfo, es un petista recalcitrante, que sabe moverse para lograr lo que se propone, tan es así que el partido del Trabajo, ese negocio que siempre ha regenteado el Profe Anaya, como le llaman cariñosamente sus domésticos, lo postuló como candidato a la presidencia de la República dentro de la coalición «Juntos Haremos Historia» en las elecciones del pasado dos de junio.
José Gerardo Rodolfo, lo reiteramos, es soberbio, los complejos le brotan y aquí lo expresado por el petista «si a una persona destacadísima del movimiento como yo se le atropella, pues cualquiera se limpio puede esperar». Todo indica que para el entenado político del Profe Anaya existen militantes de primera y de segunda.
Una vez que lo sentaron para disciplinario, al salir de platicar con la presidente electa, por medio de un vídeo expuso que lo único que le pidió fue que «le permitiera conocer» el despacho presidencial porque el López que ya se va no le concedió ese deseo.
Vaya succionada del ahora ex petista.
No cabe duda, al «Changoleón » lo hicieron creer y ahora nadie lo para.
Ese monstruo que están alimentando puede ser el causante de la división total hacia el interior de MORENA.
De una simple masticada se comió a esos que se sentían Tlatoanis, esos que presumían tener doblegado al macuspano.
Aun es tiempo señores.
Por lo mientras, fiel a su estilo de político chaquetero, ya le dio la espalda al partido del Trabajo para, enseguida, entregarle los glúteos al partido en el poder.
Eso es cinismo no chingaderas.
Viva el PT.
Viva MORENA.
Por favor.